En palabras de la artista: "Hace 6 años dejé el trabajo que había hecho por mucho tiempo como directora de arte en publicidad y decidí volver al arte. Comencé con la cerámica, que era algo que siempre me llamó la atención, y me metí a estudiar en distintos lugares en Chile, además de participar en un seminario  sobre cerámica en espacios públicos y arquitectura en Barcelona, el cual me abrió la cabeza en relación a este material y me hizo asociarlo más a una expresión que a algo utilitario.

(...) tuve la suerte de pasar el encierro cerca de la naturaleza y poner mucha atención a ella. Mientras la humanidad se sumía en un sueño profundo, la naturaleza se volvió la protagonista. Con distintos recursos, estilos y materialidades, trato de expresar las memorias asociadas a mis observaciones; rocas inmóviles que de un momento a otro parecen conversar, bailar y sonreír. Gotas en el mar que crean otro movimiento, una delgada cinta continua y vibrante con destellos brillantes al fondo del océano sintiendo nuevamente un baile y una conversación natural".